martes, 28 de diciembre de 2010

Tomaste Esa Noche.


Llegaste de improviso, como siempre. Sonriente. Notoria. Dulce. Eras tú. Te miré. Y el día fue tuyo. Todo. Mis palabras. Mis sonrisas. El viento que respiré y te enviaba en suspiros. El tiempo fue cómplice por el tiempo que alargué mi estadía contigo para verte frente a mí, sin moverte, quieta, mía…

Utilicé las palabras más suaves y contundentes; sugerí espacios terrenales con problemas qué resolver mientras mi imaginación te recorría;las palabras que te decía, no imaginabas que describía: era la descripción de tus besos. Que los pasos que dabas, uno a uno, era la miel de tus ojos que escondías para guardar mi figura cansada, como me repetías para esconder las lágrimas del placer que te inundaba.

Y después, escuché tu voz. Era la misma. Te di la mano, y tu piel me recorrió entero. Igual… que los minutos eternos que detuvieron las mareas, el viento del norte, la rosa de los vientos, el tintineo de las estrellas colgadas en jardines secretos y el arco iris que se vio hasta la media noche. Fuiste todo eso, enfundada en tu uniforme de charreteras doradas, el mismo con el que agredes la torpeza de quienes desconocen cómo se construye la vida.

lunes, 27 de diciembre de 2010

El Resto De La Noche Se Pasó Bromeando



Escribo sin ver. He venido; queria besarte la mano y marcharme. Me volveré sin recompensa; pero ¿no quedare bastante recompensado si te he demostrado cuanto te amo?
Son las nueve, te escribo que te amo. A lo menos te lo quiero escribir, pero no se si la pluma obedece a mi deseo. ¿no vendrás quiza para que yo te lo diga y me vaya corriendo?

Adiós, mi bella, buenas noches.... ¿tu corazon no te dice que estoy aquí?
He aquí la primera vez que escribo en tinieblas: esta situación debería de inspirarme cosas rebosantes de amor. No siento sino una: que no puedo salir de aquí. La esperanza de verte un momento no me deja partir, y continuo "hablandote" sin saber si mis manos trazan caracteres. En todos los puntos donde no haya nada escrito, lee: TE AMO.

sábado, 27 de noviembre de 2010

Eternamente Mía. Eternamente Tuyo; Eternamente Nuestros


¿Por qué esa profunda pesadumbre cuando es la necesidad quien habla? ¿Puede consistir nuestro amor en otra cosa que en sacrificios, en exigencia de todo y nada? ¿Puedes cambiar el hecho de que tú no seas eternamente mía y yo ETERNAMENTE TUYO? ¡Ay Dios! Contempla la hermosa naturaleza y tranquiliza tu ánimo en presencia de lo inevitable. El amor exige todo y con pleno derecho: a mí para contigo y a ti para conmigo. Sólo que olvidas tan fácilmente que yo tengo que vivir para mí y para ti. Si estuviéramos unidos ni tú ni yo hubiéramos sentido lo doloroso.


Alégrate, sé mi más fiel y único tesoro, mi todo, como yo para ti. Lo demás que tenga que ocurrir y deba ocurrir con nosotros, los dioses habrán de enviarlo…

Tarde del lunes… Tú sufres. ¡Ay! donde yo estoy, también allí estás tú conmigo.Conmigo y contigo haré yo que pueda vivir a tu lado. Qué vida ¡ ¡ ¡así!!! Sin ti… perseguido por la bondad de algunas personas que no quiero recibir porque no la merezco. Me duele la humildad del hombre hacia el hombre. Y cuando me considero en conexión con el universo, ¿qué soy yo y qué es aquel a quien llaman más grande? Y sin embargo… ahí aparece de nuevo lo divino del hombre. Lloro al pensar que probablemente no recibirás mi primera noticia antes del Jueves. Tanto como tú me amas, ¡mucho más te amo yo a ti…! ¡Buenas noches! En mi calidad de bañista, debo irme a dormir. ¡Ay, Dios! ¡Tan cerca! ¡Tan lejos! ¿No es nuestro amor una verdadera morada del cielo? ¡Y tan firme como las murallas del cielo!


Buenos días, 14 de Octubre. Todavía en la cama se agolpan mis pensamientos acerca de ti, mi amada; tan pronto jubilosos como tristes, esperando a ver si el destino quiere oímos. Vivir sólo me es posible, o enteramente contigo, o por completo sin ti. Sí, he resuelto vagar a lo lejos hasta que pueda volar a tus brazos y sentirme en un hogar que sea nuestro, pudiendo enviar mi alma al reino de los espíritus envuelta en ti. Sí, es necesario. Tú estarás de acuerdo conmigo, tanto más conociendo mi fidelidad hacia ti, y que nunca ninguna otra poseerá mi corazón; nunca, nunca…


¡Oh, Dios mío! ¿Por qué habrá que estar separados, cuando se ama así? Mi vida, lo mismo aquí que allá, está llena de citas. Tu amor me ha hecho al mismo tiempo el ser más feliz y el más desgraciado. A mis años podría que necesitara ya alguna uniformidad, alguna normalidad en mi vida. ¿Puede haberla con nuestras relaciones…? Ángel, acabo de saber que mi amor por ti es demasiado grande.

Estáte tranquila. Tan sólo contemplando con tranquilidad nuestra vida alcanzaremos nuestra meta de vivir juntos. Estáte tranquila, quiéreme. Hoy y ayer ¡cuánto anhelo y cuantas lágrimas pensando en ti… en ti, mi vida… mi todo! Adios… ¡quiéreme siempre!.


No desconfíes jamás del fiel corazón de tu enamorado Alberto.